Finalista del Premio Planeta 2006
Cecilia es la única persona que visita a Silvio, el abuelo de su amiga del alma, un hombre que guarda celosamente el misterio de una vida de leyenda que nunca ha querido compartir con nadie.
A través de una caja con fotografías, Silvio va dando a conocer a Cecilia su fascinante historia junto a Zachary West, un extravagante norteamericano cuya llegada a Ribanova cambió el destino de quienes le trataron. Con West descubrirá todo el horror desencadenado por el ascenso del nazismo en Alemania y aprenderá el valor de sacrificar la propia vida por unos ideales.
Cecilia, sumida en una profunda crisis personal tras perder a su madre y romper con su pareja, encontrará en Silvio un amigo y un aliado para reconstruir su vida.
FICHA TÉCNICA
Editorial: Planeta Booket
Encuardernación: Tapa blanda bolsillo
512 páginas
Precio: 9,95 €
AUTORA
Marta Rivera de la Cruz nació en Lugo en 1970. En 1988 se trasladó a Madrid para cursar estudios de Periodismo en la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense , donde también realizó estudios de postgrado. Fue en esa etapa cuando integró el equipo fundador de la revista “Especulo”, primar revista literaria española difundida por Internet.
En 1998 obtuvo el Premio de Novela Ateneo Joven de Sevilla por Que veinte años no es nada, que resultó ser un éxito de crítica y ventas.
En 2006 fue finalista del Premio Planeta con la novela En tiempo de prodigios.
Periodista de profesión, Marta Rivera de la Cruz colabora habitualmente con “El país Semanal” y participa en el programa de radio “Al sur de la semana” de la cadena Cope.
Su labor académica la ha llevado a pronunciar conferencias en la Universidad de Oxford, Complutense de Madrid, Pennsylvania y Rider-New Jersey. En 2008 recibió el Premio de Periodismo Puro Cora otorgado por el grupo de empresas El Progreso, y el Premio de Anaya de Literatura Infantil con la novela La primera tarde después de Navidad.
COMENTARIO
Esta es una novela que habría podido ser una más, pero me ha hecho identificarme por completo con la protagonista. Ya sólo por la emoción que me ha provocado el ver escritos en el papel sentimientos míos muy personales me merece la pena haber leído este libro. La autora expresa espléndidamente la tristeza ante la pérdida de una madre y lo que eso significa. Trata el tema con emotividad pero sin llegar a ser lacrimógena, con detalle pero sin llegar a hacerse pesada. Por otro lado, y como parte no tan positiva, el desarrollo de la novela sí se me ha hecho un poco largo, quizás por la ausencia de diálogos o por la extensión del libro (más de 500 páginas). Al final estaba deseando acabarla. Sin embargo, me parece una autora cuya trayectoria merece la pena seguir.
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