Elina Wiik está en crisis, y en un impulso deja su casa, su trabajo y su vida y se marcha al sur, hasta un pueblo de Italia llamado Monte Angelo, donde se enamora y vive feliz unas semanas hasta que su amante aparece asesinado. Elina, de vuelta en Suecia, intentará rehacer su vida, pero finalmente se lanza a una búsqueda de la verdad, que la llevará a Croacia, donde tendrá que enfrentarse a una trama de antiguos crímenes cometidos en la guerra de los Balcanes.
FICHA TÉCNICA
Editorial: Ediciones B
Encuadernación Tapa blanda
336 páginas
Precio: 19 €
Thomas Kanger nació en Uppsala (Suecia) en 1951. Es periodista y escritor. Desde 2001 ha escrito y publicado seis novelas policíacas, de las cuales cinco están protagonizadas por la policía Elina Wiik.
COMENTARIO
Es la segunda novela que leo de este autor y me ha gustado tanto como la primera, que leí hace pocas semanas y que se llama El hombre de los domingos (ya hice la reseña en el blog). De nuevo la protagonista es la atormentada policía Elina Wiik, que es un personaje que me resulta muy interesante, a la que le gustan los casos difíciles y que no se detiene ante presiones ni amenazas, y, de nuevo, la trama resulta tan entretenida que se lee de una sentada. Es una historia policíaca, pero también es algo más. Trata de los horrores de la guerra, en concreto de la que tuvo lugar hace pocos años en la antigua Yugoslavia, de la culpa y la venganza, del amor y de la búsqueda de la verdad. El estilo es muy directo, con mucho diálogo y bastante acción, aunque tengo que reconocer que a mí casi ningún autor escandinavo me resulta pesado.
Fotografía tomada de :
Lo acabo de terminar de leer. Me gustó mucho. El final es sorprendente, pero quiero estar segura si lo entendí bien, porque por otro lado me agarran dudas.
ResponderEliminarMe contas como lo interpretaste vos?
te dejo mi correo
otero_daniela@hotmail.com
Pienso lo mismo. Al final me ha dejado un poco pensativa Elena cree que la niña no sobrevivió...Entonces... La niña del libro existe? Quien se hace pasar por Stella?
ResponderEliminarElina, perdón.
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